Ni mecha lenta, ni cuerda de cerilla: Hilo Negro 300
En estos mundos libertarios, muy dados a los grandes discursos, a los exaltados mítines, a el pulso dialéctico que exprima hasta la última gota de razón de justicia y de realidad, contrasta este breve vocero. Una sola hoja en que escribir las cosas urgentes, algunas veces cotidianas y siempre reivindicativas con que recordar a los afiliados y las afiliadas que el Sindicato sigue ahí. A una hoja de distancia. Casi con vocación de carta de familiar, breve, accesible, rápido en su lectura, el Hilo Negro ha cumplido con su propósito, lo menos, por 300 veces. Thoreau, cerca del lago Walden, clamaba: ¡Sencillez, sencillez, sencillez! Digo; que vuestros asuntos sean dos o tres en lugar de un centenar o un millar.
Y como si, desde el Sindicato ... 27 años despues ...