Comienza el curso con más temporalidad y más casos de vacantes que salen como sustituciones

La Sección Sindical de Enseñanza de la Confederación General del Trabajo (CGT) de Burgos denuncia un año más el incremento de docentes contratados en régimen de interinidad dentro de la escuela pública, así como sus cada vez más precarias condiciones laborales.
En los dos últimos cursos el personal interino en Burgos ha aumentado un 23%, especialmente en el Cuerpo de Maestros, donde la subida ha sido del 34%. Esta mayor temporalidad no es consecuencia de una mayor plantilla, cuyo incremento ha sido ínfimo después de años de tanta destrucción de empleo a causa de la crisis, sino de tasas de renovación del 10% o 50%. Esta tendencia se traduce en una creciente inestabilidad en la plantilla de los centros. Más concretamente, el índice de interinidad alcanza el 20% como media, llegando al 27% en institutos y afectando principalmente al ámbito rural.

Muchos de los interinos e interinas, a pesar de trabajar todo el curso o prácticamente todo el curso, no cobran los meses del verano, como sí lo hacen sus compañeros funcionarios o interinos con vacante. Este hecho va en contra del principio jurídico de “igual trabajo, igual remuneración”, siendo por tanto ilegal. De hecho, en Madrid este verano salió una sentencia que reconocía a una profesora interina el derecho de cobro del verano. Para esto la Consejería de Educación hace uso de la artimaña de sacar vacantes bajo la denominación de sustituciones. CGT Burgos calcula que en la provincia un 14% de las sustituciones son en realidad vacantes a las que se les escamotea el derecho a cobrar el verano. De hecho, esta práctica se ha más que doblado respecto del pasado curso. Y por otro lado, tenemos un considerable número de contratos a media jornada, alcanzando este curso el 27% de las vacantes. Contratos que ni siquiera alcanza realmente la media jornada, pues en la provincia se ha detectado algún contrato de un quinto de jornada.
Esta política llevada a cabo por la Administración es una muestra de desprecio hacia este colectivo, que es tratado como “material de usar y tirar”, contratado la víspera de inicio del curso, despedido el 30 de junio y en ocasiones contratado cuatro días en septiembre, cuando, en los institutos no queda en septiembre profesorado especialista para evaluar al alumnado.
Desde CGT no solo exigimos que se acabe con esta práctica fraudulenta, con este ataque frontal que está sufriendo el personal interino, por ser el eslabón más débil, sino que también se comiencen a sacar a oposición las suficientes plazas como para que la temporalidad se convierta en la excepción y no en la regla, pues la precariedad del profesorado es la precariedad de la educación.