EL ESTRANGULAMIENTO ECONÓMICO DE LA FORMACIÓN PROFESIONAL

No es raro oír a los políticos como se les llena la boca al hablar de su apuesta por la Formación Profesional. Sin embargo, esto contrasta con la realidad. Desde la Sección Sindical de Enseñanza de CGT Burgos hemos estado haciendo un seguimiento de las condiciones en las que se encuentra la FP en esta provincia y nos hemos encontrado con una situación muy distinta.

En líneas generales los presupuestos se han ido recortando mientras que el alumnado matriculado se ha incrementado como consecuencia de la gran cantidad de personas paradas que deciden seguir formándose. Como resultado, en algunos centros el presupuesto por estudiante se ha reducido a casi un tercio en los últimos cuatro años.

El estrangulamiento presupuestario se traduce en equipos obsoletos que necesitan ser renovados o que en ocasiones quedan inservibles por no poderse reparar.

Al mismo tiempo, el dinero para comprar material fungible con el que hacer las prácticas no llega, de tal forma que en ocasiones lo tiene que aportar el alumnado de sus bolsillos. Tal es el caso de los ciclos de automoción, donde ahora los alumnos compran sus propios maletines cuando antes dichas herramientas formaban parte de un fondo común aportado por el centro. En otros casos, los materiales con los que se trabaja no se adecuan a lo que posteriormente el alumnado va a encontrarse en el mundo laboral. Por ejemplo, en el CIFP Santa Catalina de Aranda el Departamento de Electricidad, por falta de medios, no puede trabajar con fibra óptica, siendo esta tecnología la que se emplea en las empresas. Otras veces, algunas prácticas dejan de hacerse directamente, como ocurre con los análisis en el IES Enrique Flórez, donde se imparten ciclos de las familias de Sanidad, Industrias Alimentarias y Químicas. Y es precisamente en este instituto donde temen que el traslado de algunos ciclos a otro edificio sin equipar acabe comiéndose el presupuesto del resto de departamentos.

Los recortes y la desidia de la Administración se sustituyen con el trabajo más que voluntarioso de los docentes que, además de encargarse de la reparación de equipos (algo ya habitual en cualquier centro de cualquier nivel educativo), se involucran en proyectos Aula-Empresa de la Junta dotados presupuestariamente. Sin embargo, lamentan las restricciones a las que estos proyectos están sujetos, ya que, aunque el plazo de solicitud finaliza el 10 de noviembre (con un plazo máximo de dos meses para resolver la convocatoria), solo se financian las actividades realizadas y pagadas a 31 de diciembre, de tal manera que las actividades posteriores han de ser sufragadas íntegramente por el centro. Además, con dichos fondos no se puede adquirir material inventariable, licencias de software o equipos, que en realidad es lo que se necesita.

Por otro lado, se está produciendo el cambio de unos ciclos formativos por otros sin que se dote presupuesto alguno, poniendo como excusa que se trata prácticamente de los mismos estudios. Tal ha sido el caso de los nuevos ciclos de Grado Superior de Estética Integral y Bienestar en el IES Diego Marín Aguilera o el de Mecatrónica Industrial en el CIFP Simón de Colonia. Estos nuevos estudios incorporan técnicas nuevas respecto a los reemplazados o implican desdobles de módulos para trabajar con mayor profundidad determinados campos. Por tanto, no cabe duda de que requieren una dotación presupuestaria especial. Algo parecido ha pasado con el Grado Medio de Electromecánica del IES Diego Marín Aguilera, que se desdobló hace unos años en dos grupos, uno de mañana y otro de tarde, sin que se ampliara su dotación económica ni un triste euro. Tampoco se apoyan presupuestariamente iniciativas como la del CIFP Simón de Colonia donde se va alternando el ciclo de Grado Medio de Instalaciones Frigoríficas y de Climatización con el de Sistemas de Producción de Calor, con el fin de facilitar que el alumnado pueda obtener la doble titulación con un año más de estudios.

A estas deficiencias presupuestarias se une la falta de transparencia: algunos centros solicitan criterios públicos y razonados de asignación de recursos, así como coordinación entre Direcciones Provinciales para no generar tratos desiguales.

Tampoco hay que olvidar la seguridad en los talleres. Equipos obsoletos y con deficiente mantenimiento, evaluaciones de riegos al estilo corta-y-pega y talleres con 30 estudiantes empleando herramientas potencialmente peligrosas constituyen una bomba de relojería.

Por todo esto la Sección Sindical de Enseñanza de CGT Burgos reclama dotaciones presupuestarias y ratios por aula que permitan que la FP sea Pública, de Calidad y Gratuita. No queremos avanzar hacia el modelo de la privada-concertada en la que se cargan cantidades abusivas al alumnado para suplir la falta de medios, en ocasiones bajo la forma de “tasa” para acceder a plataformas necesarias para el trabajo diario. No nos cansaremos de repetir, que la Enseñanza que queremos es Pública, Gratuita y de Calidad. La calidad la ponemos los y las docentes de la pública que no hemos sido puestos a dedo y que sentimos un compromiso para con nuestros alumnos y alumnas y para con lo público, de lo cual se aprovecha la Dirección Provincial y la Consejería de Educación que ni sienten este compromiso con el alumnado ni con lo público. Y esta falta de compromiso con lo público es razón más que suficiente para decirles que se vayan.