Porque nos sobran los motivos

En noviembre de 1909, el levantamiento de las 2000, comenzaban una larga huelga, espejo en el que hoy nos miramos. Eran mujeres, inmigrantes, trabajadoras del textil, con jornadas interminables y salarios de miseria. Dijeron ¡basta!, promulgaron una huelga que duró mas de tres meses. Se jugaban mucho, pedían el pan y también las rosas. Un año más tarde, el 25 de marzo del 2011, 123 mujeres y 23 hombres perdieron la vida, asfixiadas, quemadas o al precipitarse desde el piso noveno, desesperadas y atrapadas en un incendio del edificio cerrado por el dueño. Un incendio del que no pudieron huir, un destino marcado por el hecho de ser mujer, trabajadora, inmigrante. Sin embargo su asesinato, marcó un antes y un después en los derechos de las mujeres trabajadoras.

Su lucha es la nuestra, es la lucha de todos los tiempos y en todos los ambitos, el social, politico, cultural y laboral.

Hoy 8 de Marzo, en Cataluña, Valencia y Andalucia, se ha organizado una huelga general feminista, porque seguimos queriendo el pan y también las rosas y porque nos sobran los motivos, este 8 de Marzo, nosotras ocupamos las calles:

Por la eliminación de la división sexual del trabajo y la precarización de los sectores tradicionalmente feminizados: La mayoría de trabajos de cuidados asalariados y no asalariados continúan siendo realizados mayoritariamente por mujeres, siendo además los más precarizados, socialmente menos reconocidos y peor pagados: sanidad, servicios sociales, limpieza, telemarketing, cuidados de personas dependientes, comercio, hostelería, jornaleras, conserveras, textil, etc.

Por la eliminación de la brecha salarial y la precariedad. La discriminación en el trabajo, por el hecho de ser mujer, la carga de los cuidados, que sistemáticamente nos adjudican, la temporalidad y las reducciones de jornada impuestas, la conciliación nuestra vida laboral, se reflejan en una drástica disminución del salario. Esta discriminación laboral, por ser mujeres, abre una brecha salarial, que estará reflejada en nuestras pensiones. No nos cansamos de decir ¡La pobreza, tiene rostro de mujer!

Las reformas laborales y de pensiones, afianzan la precariedad, la temporalidad fija discontinua, la precariedad, los contratos basura, la pobreza salarial y de pensiones. Todo ello, negociado en mesas de dialogo social o pactos de Toledo, con los mismos actores, gobierno, patronal y sindicatos firmantes.


¡Ven a la merienda transfeminista el 8M!

A las 18 horas
En las escalinatas del Museo de la Evolución Humana

Precarias, pobres y sin derechos, así deja la Ley de extranjería a las mujeres racializadas. Institucionaliza el racismo, y genera una doble opresión para las mujeres migrantes que se ven empujadas a la marginalidad y a la esclavitud.

La salud laboral, tiene sesgos de género, debemos garantizar una perspectiva de género en la prevención de riesgos laborales que sea realmente efectiva, incluyendo además la salud mental y espacios libres de capacitismo. Porque nosotras también tenemos derecho a puestos de trabajo dignos, adaptados y seguros, a la investigación de los riesgos laborales con perspectiva de género y al reconocimiento de nuestras dolencias como enfermedades profesionales. Los centros de trabajo, no son espacios seguros para las mujeres, son espacios en los que predominan el machismo, el racismo, el acoso sexual, el odio a las personas diferentes, diversas o disidentes.

Seguimos en la lucha por las que nos precedieron, las que somos y las que vendrán.

Última modificación: 06/03/2023