Escuchábamos al Presidente del Gobierno anunciar la paralización de toda producción no esencial, desde el lunes 30 de marzo y hasta el 9 de abril. Hasta aquí se podría decir que, aunque la medida llega tarde, es la correcta y esperada; es más, es la medida que desde CGT se lleva exigiendo por escrito al ejecutivo desde el día que comenzó el estado de alarma.
Pero la declaración del Presidente del Gobierno no acaba aquí, ya que ha expuesto que, las jornadas de trabajo que se pierdan en esos días son recuperables una vez finalice el periodo de alarma y en un espacio prolongado en el tiempo.
Las medidas anunciadas por el Gobierno no hacen otra cosa que atacar de nuevo a la clase trabajadora, dejando en manos de la patronal decenas de miles de jornadas, las cuales usarán a su antojo para seguir llenando sus bolsillos, con el agravante de haber mentido a la población denominando como "permiso retribuido" a una Bolsa de Horas Nacional, cuya gestión queda exclusivamente en manos de la patronal. Es un regalo en toda regla para todas las empresas que durante décadas se han comportado de manera totalmente insolidaria, beneficiándose de subvenciones provenientes del erario público y que en momentos tan complicados, como los actuales, pretenden que seamos los y las de siempre los que paguemos sus crisis.
En menos de dos semanas hemos visto como el gobierno abría de par en par la puerta de los ERTEs, animando a cientos de empresas a acogerse a ellos, sin ni siquiera analizar los beneficios millonarios de las mismas, ni todas las subvenciones públicas que hayan recibido; y ahora pasadas menos de dos semanas vemos como, además, deja millones de jornadas de trabajo en manos de la patronal.
Como CGT debemos tomar medidas para defender a la clase trabajadora de este nuevo ataque.