VACIEMOS LAS AULAS EL 9 DE MARZO. LLENEMOS LAS CALLES.

Cinco años de Gobierno nos han llevado al abismo, destrozando el sistema educativo al expulsar a decenas de miles de alumnos y alumnas de la educación, mandando a decenas de miles de docentes al paro y machacando las ilusiones y la tranquilidad de las familias.

Durante estos años, las plataformas han convocado huelgas, manifestaciones, concentraciones y diversas actuaciones en contra de la imposición ideológica y del desastre educativo que vivimos. Y el Gobierno solo ha cambiado el paso mediante la presión, como ha ocurrido con las nefastas reválidas.

Sin embargo, aunque la LOMCE está completamente desacreditada y casi finiquitada, el Gobierno acude sin sonrojo al Tribunal Constitucional para intentar anular el acuerdo del Congreso por el que se impulsa la paralización de dicha ley, dejando muy claro que considera que el poder legislativo debe estar supeditado al Ejecutivo, rechazando con ello que la soberanía resida en el pueblo, lo que le convierte en un Gobierno fuera del marco democrático.

Los recortes siguen presentes y se nos amenaza con una nueva pérdida en los presupuestos educativos de al menos una décima del PIB, lo que supone que nos quieren quitar otros mil millones de euros, que se sumarían a los más de nueve mil que ya hemos perdido en estos cinco años. Inaceptable.

Seguimos exigiendo derogación de la LOMCE, reversión de los recortes, incremento presupuestario dedicado a educación, recuperación de un sistema de becas que garantice la igualdad de oportunidades, eliminación de las contrarreformas universitarias y de las prácticas no remuneradas en FP, recuperación de las plantillas, dignificación de las condiciones laborales del profesorado, bajada de ratios, presencia de la comunidad educativa (profesorado, alumnado y familias) en la elaboración de una nueva ley de educación, etc...

Y desde la Plataforma por la Escuela Pública, Laica y Gratuita de Burgos, a todas estas reivindicaciones recogidas en la convocatoria de huelga, añadimos otra: una Escuela Pública de verdad. Es decir, sin conciertos, sin religión, gratuita y en las que Consejos Escolares y Claustros sean órganos que hagan valer la autonomía de unos centros adecuadamente financiados en base a las necesidades del alumnado.

Sobran razones para rebelarnos. No asumamos su lógica de recortes e insolidaridad.

VACIEMOS LAS AULAS EL 9 DE MARZO. LLENEMOS LAS CALLES.