Desde 2012 está regulado que las ausencias del profesorado por bajas o permisos no se cubran con carácter general hasta trascurridos 10 días lectivos, siendo muchísimas las horas de clase perdidas por el alumnado por esta causa.
Sin embargo, la Instrucción de 15 de enero de 2016 de la Dirección General de RRHH sobre la cobertura de ausencias del personal docente, en adaptación a lo establecido en la última Ley de Presupuestos Generales del Estado, regula los casos en los que “la Dirección General de RRHH autorizará, con carácter prioritario e inmediato” la sustitución del profesorado.
A pesar de esto, muchas de las sustituciones que, según dicha instrucción, deberían autorizarse con carácter prioritario e inmediato no se cubren hasta transcurridos 10 días lectivos o más, es decir, dos semana o más. Es más, su cumplimiento ha pasado a ser algo excepcional, incumpliéndose en la mayoría de las casos, salvo en algunos supuestos como el profesorado de 2º de bachillerato, y no siempre.
Ante esta situación que venimos denunciando desde al año pasado, desde CGT hemos remitido escrito a la Dirección General de RRHH, que es quien no está dando la correspondiente autorización, exigiendo que cumpla esta instrucción y comience a autorizar con carácter prioritario e inmediato la cobertura de las ausencias de profesorado recogidas en la misma, siendo fundamental para velar por el interés público y, por tanto, por la calidad de la Escuela Pública. Así mismo estamos trasladando de nuevo esta reivindicación a las Juntas de Personal donde estamos presentes. En este sentido, recordamos que es importante que los centros no cejen en su insistencia frente a la Administración para que estas sustituciones sean inmediatas. Es necesario hacer presión desde el mayor número de frentes posibles.
Por último, recordamos que desde CGT seguimos exigiendo, y así se lo hacemos saber a la Dirección General de RRHH, que no sean solo objeto de sustitución inmediata los casos recogidos en esta instrucción, sino todas las ausencias del profesorado; dejándose de penalizar al alumnado con la pérdida de dos semanas de clases cada vez que se produce la baja de docentes, mientras los centros tienen que hacer encaje de bolillos para sustituir al profesorado ausente.