Este curso es año de oposiciones al Cuerpo de Maestros en la Comunidad de Castilla y León y en Burgos se celebraránÂÂÂ las pruebas para la especialidad de Inglés.
Ante las informaciones de que la Dirección Provincial de Burgos pretende que, si no hubiera suficientes maestros y maestras de la especialidad de Inglés para conformar los tribunales, sean docentes de Secundaria (de Inglés) quienes los completen, es conveniente que no olvidemos lo que dice la ley.
El artículo 5.3 de la convocatoria de oposiciones inicialmente dice “… los tribunales estarán compuestos por funcionarios de carrera en servicio activo del cuerpo de inspectores de educación o de los cuerpos de funcionarios docentes pertenecientes todos a cuerpos de igual o superior subgrupo de clasificación, que el del cuerpo de maestros, en número impar, no inferior a cinco”. PERO más adelante deja bien claro cuáles son las alternativas preferentes:
“...funcionarios de carrera en servicio activo del cuerpo de maestros, de la especialidad asignada al tribunal de la que sean titulares o estén habilitados, y destinados en el ámbito de gestión de la dirección provincial de educación de la provincia donde se vayan a realizar las pruebas de la fase de oposición. Excepcionalmente, cuando no haya funcionarios en número suficiente o cuando las características de la especialidad y otras circunstancias, entre ellas las de carácter presupuestario, así lo exijan, podrá completarse con funcionarios de carrera de la especialidad de educación primaria, excepto para la especialidad de Lengua Extranjera: Inglés, o con funcionarios de carrera de la especialidad correspondiente que tengan su destino en otra provincia de esta Comunidad Autónoma, preferentemente limítrofe a aquélla donde actúe el tribunal.”
Si la Dirección Provincial persiste en la ocurrencia de pretender nombrar docentes de Secundaria de la especialidad de Inglés, desde CGT le recordamos que no es conforme al articulado de la convocatoria, además de no ser ético.
Los opositores y opositoras merecen el máximo respeto hacia su trabajo. Ese respeto incluye asegurar que su esfuerzo sea evaluado por docentes de su mismo cuerpo y especialidad. Por otro lado, la labor de tribunal no es algo trivial, es algo sumamente serio y nadie de entre el profesorado quisiera verse en la situación de tener que evaluar aquello para lo que no está capacitado, máxime cuando está en juego el futuro de compañeros y compañeras. No debería ser necesario recordar que la formación del profesorado del Cuerpo de Maestros y del Cuerpo de Secundaria es muy distinta; que la didáctica y la metodología en el aula también lo es, y que ninguna está por encima de la otra.
Finalmente, priorizar criterios económicos sobre criterios pedagógicos es el mejor camino para devaluar la calidad de la educación y es una muestra clara de lo que el profesorado significa para la Administración: material de usar y tirar, que igual vale para un roto que para un descosido.
Desde CGT decimos:
Basta de ningunear al profesorado: en su proceso de selección, en el número insuficiente de plazas, en las condiciones de trabajo cada vez más precarias..., como si valiésemos para todo o para nada, como si estuviéramos bajo continua sospecha, ya sea de fingir enfermedades hastaÂÂÂ de ser potenciales delincuentes sexuales, como si nuestras ausencias no fueran dignas de sustitución, como si nuestra voz en los Consejos Escolares no valiera nada, como si nuestras protestas y propuestas contra la LOMCE no merecieran ser escuchadas, como si nuestro trabajo cada vez fuera menos valorable y menos digno.