El pasado mes de abril, salió de la imprenta el número 200 del Hilo Negro.
Una publicación que nos acompaña desde 1996.
Hemos llegamos a cumplir la edición del número 200 de esta publicación, a un ritmo de 11 números por año, lo que nos sitúa allá por sus orígenes, en el año 1996. Por aquel entonces el Sindicato en Burgos tenía su sede en la calle Hospital de los Ciegos y asistía a un periodo de crecimiento sostenido, y en el que los hasta entonces canales clásicos de comunicación con lxs afiliadxs se tornaban insuficientes y/o ineficientes. Había que dar alternativas a ese déficit en la información y, en esos años en los que todavía desconocíamos internet y la telefonía móvil, acudimos a las raíces libertarias: editar un periódico.
Así creamos esta herramienta de comunicación con los objetivos de mejorar la comunicación, información y formación, de conformar un sentimiento de “grupo” y de garantizar su continuidad en el tiempo, fundamental para convertirse en una referencia del Sindicato. Esta continuidad ha sido posible por dos sencillas prácticas consolidas por esta publicación. La primera de ellas consiste en no crear información; la información ya está ahí, a nuestra disposición, y se refleja en comunicados, manifiestos, panfletos, fotos de luchas, acuerdos de plenarias, plenos y asambleas, perfiles de militantes, etc., solo hay que trasladarla a las páginas del Hilo Negro. La segunda característica es hacer posible que su edición pueda realizarse fácilmente y por militantes sin especial formación, limitando la extensión de su formato a un pliego A3 doblado y a un suplemento de otra hoja en A4 (conformado este último habitualmente por una “ficha de formación”). Su distribución se realiza a toda la afiliación en una mañana, y su amena lectura en poco más de cinco minutos. Formalmente lo único que se ha modificado de esta publicación en su trayectoria, respecto a los criterios en su día aprobados por el Sindicato, ha sido su procedimiento de impresión, ya que ahora no se realiza en fotocopia sino en la imprenta, en nuestro caso Santos, cuya labor y esfuerzo agradecemos. Sencillo, práctico y sin obsolescencia.
La solidaridad
El objetivo de contribuir a sentirse el formar parte de un proyecto común, de “grupo” (siendo esta una consideración de carácter subjetiva e individual), se ve cumplida desde que el Hilo Negro, con su puntual cita mensual en la casa de todxs y cada unx de lxs afiladxs al Sindicato comparte un mismo contenido: dar a conocer las luchas de otrxs compañerxs; la necesidad de la solidaridad; hacer sentir que se forma parte de una misma casa, la casa común de lxs trabajadorxs; de ser parte de una opción sindical autónoma, participativa, combativa y ansiosa de cambiar la sociedad.
Por último, no hay que olvidar que esta herramienta es y ha sido posible gracias al trabajo militante de decenas de compañeras y compañeros que, a lo largo de estos 18 años, han redactado, corregido, fotografiado, dibujado, doblado, maquetado, impreso, etiquetado, enviado y archivado esta publicación. Y entre todas personas, y sin desmerecer la labor de nadie, hay que destacar al “alma mater” de este periódico en sus orígenes: el compañero Pablo Miguel Simón, creador del logotipo, de la cabecera, del estilo limpio de maquetación, labores que desarrolló a lo largo de más de 15 años.
Al igual que hicimos hace 18 años, os invitamos a colaborar y a enviarnos vuestras propuestas.
¡Salud a todas y todos, y a por los siguientes 200 números¡
seguiremos TIRANDO DEL “VIEJO” HILO NEGRO.