El falso argumento de la crisis ha liberado los más bajos instintos de especuladores y políticos. Tijera en mano contra los derechos sociales y laborales se lanzan a la caza y captura del pastel de los servicios públicos para la especulación privada. La educación no es una excepción. En este principio de curso hay recortes brutales en todas las CCAA además de una campaña de desprestigio del profesorado público para abonar el campo al sector privado. La región más afectada de momento es Madrid, que ya está sirviendo de modelo a todas las demás. Algunos de los recortes para este curso:
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Aumento de las horas lectivas de los profesores de secundaria de 18 a 20 horas. Así se pretende ahorrar 80 millones de euros, cuando se deja de ingresar 90 millones en beneficios fiscales a las familias que matriculan a sus hijos en los centros privados.
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No renovación de contrato a 3.000 profesores interinos: en España serán casi 13.000 docentes que engrosarán las listas del paro.
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Mayor precariedad del profesorado interino: Ya el curso pasado dejó de cobrar los meses de verano.
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Congelación de las oposiciones
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Empeoramiento de las condiciones laborales y educativas: aumento de ratios por aula, cierre de bibliotecas, reducción de optativas, eliminación de desdobles, menor atención a alumnado con necesidades educativas, saturación en los departamentos de Orientación, supresión de ciclos de FP, eliminación de tutorías, menos tiempo para la atención a las familias.
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Menos recursos económicos para centros y AMPAS
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Horas extras: El exceso de carga horaria destinada a clases supone la aparición de horas extras remuneradas para desempeñar las funciones de Jefatura de Departamento, Tutorías y Coordinación de TIC.
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Plan “Refuerza”: Las horas de refuerzo y apoyo ya no las imparten las plantillas de los centros, sino que se contrata a empresas privadas.
Uno de los pilares de una sociedad que se pretenda digna es la educación pública y los servicios públicos. Por este motivo, no debemos dejar que nos convenzan con el falso argumento de la crisis y la necesidad de recortes. La educación pública no es un gasto sino una inversión. Hay muchas otras partidas en las que se puede recortar o de las que se puede recaudar: financiación de la enseñanza privada, gastos militares, de representación política, sueldos de consejeros, rescates a la banca, impuestos a las SICAVS, etc., etc., etc.
Con un fracaso escolar del 31% en nuestro sistema educativo, con unas condiciones laborales que se deterioran día a día, con unos políticos más interesados en servir a los mercados que en satisfacer las necesidades reales de la ciudadanía, no podemos cerrar los ojos ante tantos desmanes y agresiones. Es necesario tomar conciencia y movilizarnos para defender la enseñanza pública, laica, gratuita y de calidad.